El Oro del Rin. Gran Teatre del Liceu.

El oro, Alberich y las hijas del Rin. Foto de EFE
El oro, Alberich y las hijas del Rin. Foto de EFE

Con motivo del 200 aniversario del nacimiento de Richard Wagner en 2013, el Gran Teatre del Liceu ha organizado la puesta en escena de la gran tetralogía del Anillo del Nibelungo (Der Ring des Nibelungen), empezando con el prólogo, El oro del Rin (Das Rheingold), ofrecido del 20 de abril al 2 de mayo.

 

Resumen del argumento

 

Escena I

 

Nos encontramos en el fondo del río Rin. Las ondinas cuidan del oro que se encuentra en las profundidades cuando el nibelungo Alberich aparece con la intención de mezclarse en sus juegos. Es un personaje enano, lascivo y su exterior refleja la fealdad de su interior. Las hijas del Rin, Woglinde, Wellgunde y Flosshilde se burlan de él cruelmente. El Sol hace centellear el oro del Rin cuando las ondinas, descuidando la presencia de Alberich cuentan los secretos que el oro alberga: quien logre apoderarse de éste y forjar un anillo se adueñará del mundo siempre y cuando renuncie para siempre al amor. Alberich, consciente de su repugnante aspecto no duda en renunciar al amor con tal de conseguir el poder que el oro le ofrece y se lo arrebata a las tres hermanas.

 

Escena II

 

El dios Wotan y su celosa esposa Fricka contemplan de manera agridulce el maravilloso palacio que los gigantes han construido bajo su encargo, futura sede del Walhalla. La pareja está afligida puesto que el pago que propusieron a los gigantes por tan magnífica edificación es entregar a la diosa Freya, hermana de Fricka, encargada del cultivo de las manzanas que otorgan la eterna juventud a los dioses. Al palacio acuden a reclamar su pago los gigantes Fafner y Fasolt. Allí se lamentan y quejan Fricka y sus hermanos Froh, dios de la alegría y Donner, dios del trueno. La aparición de Loge, el inteligente semidiós del fuego, marca un inciso, este idea un plan: pide a los gigantes el trueque de Freya por Alberich y su anillo de poder y riqueza. Estos aceptan pero se llevan consigo a Freya en prenda. Wotan y Loge emprenden entonces su camino hacia el interior de la Tierra, hacia la morada de los Nibelungos con tal de quitar el anillo a Alberich.

 

Escena III

 

En el Nibelheim, morada de los nibelungos, Alberich veja a su hermano Mime, experto forjador, y le obliga a crear un yelmo que dote mágicamente de la invisibilidad a su portador así como la habilidad de la metamorfosis. Los nibelungos se han convertido en sus esclavos para extraer más oro. Aparecen Wotan y Loge que consiguen hablar con Mime, quien les explica los siniestros planes de Alberich. Éste aparece y el astuto Loge consigue retarle para que les enseñe sus poderes. La vanidad de Alberich le lleva primero a convertirse en gran serpiente y después en un pequeño sapo, ocasión que aprovechan los dioses para hacerse con él y aprisionarle.

 

Escena IV

 

Wotan, Loge y Alberich regresan al reino de los dioses y exigen al enano que les de el oro extraído por los nibelungos junto con el anillo y el yelmo. En ese momento Alberich maldice a todo aquel que posea el anilllo: quien lo posea será desgraciado y su codicia causará su muerte. Aparecen los gigantes capitaneados por Fafner y Fasolt, traen de vuelta a Freyapero exigen como pago que ésta sea cubierta por el oro del Rin, el yelmo y cuando queda solamente un pequeño hueco para cubrirla por completo piden el anillo. Wotan se niega a ello encolerizado, pero en ese preciso instante aparece Erda, diosa de la Tierra que conoce todas las cosas pasadas, presentes y futuras, progenitora junto con Wotan de las valquirias y le aconseja que abandone el anillo pues sólo le traerá desgracias. Antes de desaparecer anuncia el futuro crepúsculo de los dioses. Wotan renuncia al anillo depositándolo sobre Freya, quedando ésta liberada y recuperando los dioses su alegría. La maldición del anillo empieza rápidamente, Fafner mata a Fasolt para arrebatarle el anillo, llevándose el tesoro con él. Donner crea una tormenta después de la que sale el Sol y un arco iris que sirve de puente a los dioses hacia el resplandeciente palacio, el Walhalla. Loge duda si seguir el camino de unos dioses que inician su decadencia según las palabras de Erda pero finalmente les acompaña mientras los lamentos de las hijas del Rin suenan de fondo.  

Personaje

Tesitura

 

Wotan, dios supremo

Bajo-barítono

Loge, dios del fuego

Tenor

Fricka, esposa de Wotan, diosa del amor conyugal

Mezzosoprano

Freia, su hermana, diosa de la juventud

Soprano

Donner, dios del trueno, hermano de Fricka y de Freia

Bajo-barítono

Froh, dios del día, hermano de Fricka y de Freia

Tenor

Erda, diosa madre de la naturaleza

Contralto

Alberich, enano nibelungo

Barítono

Mime, su hermano

Tenor

Fasolt

Bajo-barítono o bajo

Fafner, su hermano

Bajo

Woglinde

Soprano

Wellgunde

Soprano o mezzosoprano

Flosshilde

Mezzosoprano

   

Crítica de la representación del 25 de abril de 2013*

 

La versión ofrecida en el Gran Teatro del Liceo, con puesta en escena y concepto de Patrick Kinmonth y Robert Carsen sitúa la acción de El oro del Rhin en algún lugar y tiempo indeterminado que recuerda la Europa de los años 40.

 

La majestuosa obertura, magníficamente interpretada por la Orquesta Sinfónica del Gran Teatre del Liceu aún con una orquesta más sencilla de lo que Wagner tenía en mente, da paso a nuestra incursión en las profundidades donde las hijas del Rin juegan ajenas a su destino, en este caso una especie de vertedero al lado de un muelle donde cajas y neumáticos suponen un paraje más que peculiar para que el oro sagrado se esconda. Su aspecto es andrajoso como así lo es el de Alberich, el nibelungo. La ejecución vocal de las tres ninfas es excelente, así como la de Alberich (Oleg Bryjak), brillante desde el principio hasta el final de sus apariciones.

 

La segunda localización nos lleva a las inmediaciones que llevan hacia el palacio de los dioses. Wotan viste atuendo de alta gradación militar, su esposa viste a la moda de los años 30 o 40 y así lo hacen también Freia. El páramo parece un almacén, con poleas y cuerdas, cajas, maletas. Los gigantes hacen acto de presencia vestidos como obreros con mono de trabajo naranja. El trabajo vocal de Wotan (Alan Held), personaje con tesitura a caballo entre barítono y bajo, en este caso, es ejecutado de manera exacta en todo momento, con moderación y fuerza en los momentos precisos así como sus adversarios Fasolt y Fafner (Friedemann Röhlig y Bjarni Thor Kristinsson). Su interpretación defiende el rol de un Wotan preocupado por el destino de su reino y su estirpe con creces. El papel de Fricka es el de más protagonismo vocal de entre los personajes femeninos. En este caso, la contralto Katarina Karnéus lo defiende con elegancia y presteza, con un trabajo limpio en su ejecución y cargado de sentimiento. Freia, su hermana, tiene un papel cuya carga es más simbólica que interpretativa. La actriz Sonja Gornik lleva al personaje a su rol de víctima indefensa, con una interpretación correcta. Los otros dioses, Donner, Froh y Loge aportan frescura y dinamismo a la acción. Ataviados con palos de golf, ropa de prêt a porter y traje con bombín y bicicleta, como una burguesía desconcertada ante su decadencia, se mueven por el escenario con el brío de la juventud que contrasta con la seriedad de Wotan. Loge, interpretado por el tenor español Francisco Vas, lleva por momentos el peso de la acción sobre sus espaldas como personaje astuto y jovial que aporta la solución al conflicto del embrollo en el que Wotan ha metido al conjunto de los dioses al no medir las consecuencias de su ambición desmedida. Vas es un tenor brillante y este Wagner supone una excelente ocasión para demostrar su gran valía ya que este personaje requiere una gran exigencia.

 

La entrada a los abismos de los nibelungos se da a través de una escalera adosada a la pared. Los nibelungos rebuscan entre cajas en un lugar parecido a una mazmorra el oro que Alberich les exige, mientras Mime se ve obligado a forjar el yelmo (simbolizado por una tela de lamé dorado) para su pérfido hermano. Mime es una papel para tenor, en este caso bien interpretado por Mikhail Vekua. Esta escena permite a Alberich lucirse y tras una muestra de juegos lumínicos, trampillas y una danza por parte de los temerosos nibelungos, los personajes regresan al páramo de los dioses.

 

Otra vez de vuelta al almacén precedente al palacio divino, los gigantes vienen a cobrar su sueldo. Traen con ellos a Freia, la bajan de un andamio y la cubren con oro. La diosa Erda aparece para hacer entrar en razón al orgulloso Wotan, quien se verá tentado por el anillo. La gran voz de Nadine Weissmann se encarga de hacer de la corta pero crucial aparición de Erda un momento inolvidable pues su magnífica voz de contralto y su técnica cuidada desarrollan una perfecta ejecución. Es un momento álgido, de gran tensión dramática en la que Alberich y Wotan tienen gran peso y donde el Nibelungo muere, dando paso a una segunda tragedia, la muerte de uno de los gigantes a manos de su hermano, y es que la maldición que Alberich lanza sobre el anillo resulta efectiva y el poder de éste, devastador. La ópera tiene un feliz desenlace para los dioses, Freia liberada, Fricka encantada de volver a ver a su hermana, los dioses alegres al tener su eterna juventud garantizada y Wotan orgulloso del palacio que resplandece al final del arco iris que ha invocado Donner. Los dioses marchan hacia un horizonte que se abre en el escenario, donde una tenue nieve cae, donde los ayudantes de palacio encienden grandes candelabros, donde más que un traslado hacia el recién inaugurado Walhalla parece que los personajes se encaminan hacia un solemne cortejo fúnebre, antesala de lo que el destino les depara.

 

La puesta en escena por la que ha apostado el Liceo, sigue las tendencias de los últimos tiempos en los que la sobriedad se ha impuesto sobre el mundo operístico. Con un diseño de vestuario sencillo, unos escenarios austeros donde el attrezzo se compone de cajas, maletas, escaleras o andamios, la imaginación se ha de imponer a la fuerza. Anteriormente, con Parsifal, vimos un Liceo que optaba por un Wagner sobrio, pero en esta ocasión estamos ante un minimalismo escénico casi excesivo. Los juegos de luz intentan en ocasiones llenar el vacío de una escenografía casi inexistente.

El director de escena, Robert Carsen ha querido hacer una analogía con la ecología y por ello ha desechado cualquier atisbo de presencia de naturaleza en la obra, aunque ello no se destila simplemente viendo la ópera.

 

Destacaría un fallo a la hora de analizar la puesta en escena de la ópera, durante toda la obra, los personajes se han colocado en el extremo inferior derecho del escenario, haciendo en ocasiones muy difícil la visión para el público de la zona derecha, habiendo sido mejor el reparto de los personajes en la parte central del escenario, sobre todo en los momentos más importantes de la acción.

 

Podemos leer en la intención de los directores la transposición de la trama a un momento no muy lejano en el tiempo, quizás equiparable a la casta dirigente actual y a la caída de las personas hacia un insondable vacío cuando se ven cegadas por el oro de los “dioses”, un oro que no saben manejar y que aporta bienes materiales pero consecuencias morales devastadoras. En definitiva, una versión técnicamente impoluta, a nivel de orquesta y cantantes, y escénicamente modesta.

 

El público respondió con aplausos la ejecución de todos los artistas, destacando a Wotan, Fricka, Alberich y Loge, pero no hubo excesivos vítores, mostrando una actitud comedida ante el espectáculo.

 

 

Dirección musical

Josep Pons

Concepción de la producción

Patrick Kinmonth

Robert Carsen

Director de escena 

Robert Carsen

Escenógrafo y figurinista 

Patrick Kinmonth

Iluminador 

Manfred Voss

Producción

Bühnen der Stadt Köln

Reparto

Albert Dohmen / Alan Held; Ralf Lukas; Marcel Reijans; Kurt Streit / Francisco Vas; Ain Anger / Friedemann Röhlig; Ante Jerkunica / Bjarni Thor Kristinsson; Andrew Shore / Oleg Bryjak; Mihoko Fujimura/ Katarina Karnéus; Ewa Podlés / Nadine Weissmann y otros.

 

Reparto del día 25/4/2013*

 

Dirección musical

 

 

 

Josep Pons

Wotan

Alan Held

Donner

Ralf Lukas

Froh

Willem Van der Heyden

Loge

Francisco Vas

Fasolt

Friedemann Röhlig

Fafner

Bjarni Thor Kristinsson

Alberich

Oleg Bryjak

Mime

Mikhail Vekua

Fricka

Katarina Karnéus

Freia

Sonja Gornik

Erda

Nadine Weissmann

Woglinde

Eva Oltiványi

Wellgunde

Maria Hinojosa

Flosshilde

Inés Moraleda

© Desirée Gómez, 2013.

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